Chile es la capital mundial de la astronomía, con cerca del 40% de la capacidad global de observación y proyectando llegar al 70% en los próximos años gracias a mega telescopios en construcción como GMT, ELT y Vera Rubin. Sus cielos excepcionales en el desierto de Atacama, con baja humedad y contaminaciones, lo convierten en un laboratorio natural único para la ciencia. Los observatorios internacionales como ALMA, Paranal y La Silla lideran descubrimientos astronómicos y fomentan el desarrollo tecnológico y educativo chileno, con cada vez más jóvenes involucrados.
En este contexto de avance científico, surge una pregunta intrigante: ¿Quién o qué estará allá afuera? Con recientes visitantes interestelares como 3I/Atlas, el contacto con lo desconocido parece más cercano que nunca, invitándonos a observar el cosmos con esperanza, misterio y humor. Bajo estos cielos chilenos, la exploración apenas comienza.










